A partir del 6 de julio de 2019, el Château de Montsoreau-Musée d’art contemporain dará carta blanca al artista suizo Roman Signer, conocido en todo el mundo por sus explosivas actuaciones y sus riesgos. La exposición pone la escultura y la fotografía en perspectiva y destaca la capacidad del artista para repensar los principios de la escultura contemporánea.

Un artista bajo tensión

Es un lugar común decir que la revolución es algo estúpido, arriesgado y peligroso. La exposición ocupa cuatro meses en la segunda planta del Château de Montsoreau-Museo de arte contemporáneo y reúne obras emblemáticas de Roman Signer como una serie de fotografías inéditas realizadas entre 1972 y 1986. Legendario por sus intervenciones sobre objetos que transforma con explosivos como fuerza motriz, Roman Signer también utiliza la instantánea para congelar sus preocupaciones. A lo largo de las fotografías expuestas, la naturaleza se revela como el taller del artista o, mejor dicho, como un laboratorio. Se invita al visitante a entrar y observar a distancia. Se convierte en espectador de los felices o catastróficos « accidentes » hábilmente orquestados por el artista (Ballon mit Spazierstock, 2016) en un momento en que la realidad se altera, modificada por un acontecimiento inesperado. La exposición muestra la obra de este artista, a menudo erróneamente percibida como en busca de lo espectacular y lo sensacional. Las obras elegidas muestran a Signer como un operador preciso y directo, negándose a escenificarse a sí mismo y rechazando el concepto de performance.

Escultor del tiempo

Encontramos allí la preocupación constante del artista por el turno de preguntas. Mucho tiempo, cuando un helicóptero interrumpe el improbable concierto de un pianista en un pontón de lago (Vers la Flamme und Roman Signer, 2014), poco tiempo cuando una serie de latas llenas de agua caen a toda velocidad desde el techo de una casa (Dachlawine, 2017). El viaje escenográfico subraya así el papel crucial de los cuatro elementos de la obra del artista, punto de partida y de llegada de sus obras.
Roman Signer reserva destinos sorprendentes para los objetos más inofensivos como un abanico o un globo, creando así una poesía de destrucción.

07/06/2019 – 11/06/2019
Todos los días de 10am a 7pm
Apertura al público el 6 de julio a las 18:00 horas